sábado, 15 de diciembre de 2007

Fiebre calibre 38

He tenido fiebre desde el 12 de diciembre. No creo que esto tenga nada que ver con las festividades relativas a estas fechas, más bien el hecho es que mucho de lo que construí, planeé, y preví para el próximo año desapareció de un plumazo. Estoy deprimido y dice una buena amiga que eso fue lo que me provocó la fiebre. Mi papá dice que es un virus, seguro también tiene razón. Yo a estas alturas le doy la razón a los dos, pero me preocupa más lo primero. Del virus se hará cargo mi sistema inmunológico, pero de los planes desaparecidos pues, yo. Ha sido una buena lección y la he aprendido. Y no, la lección no es aquella de si quieres hacer reir a Dios cuentale tus planes, eso ya lo se, la lección es: no juegues si no te sabes las reglas del juego. Y si las reglas del juego no tienen sentido, pues ya estamos claros que mejor me retiro. Cuando no hay árbitro, ni honestidad, ni espíritu deportivo, ni honor ni dignidad, cuando uno cree que esta jugando ajedrez y termina embarrado en el lodo con sange en la cara, dándote cuenta que en realidad lo que estabas jugando era rugby, lo menos que se puede uno decir es que es uno idiota para no darse cuenta desde el principio. Y bueno, no me voy a dar de latigazos por que ya lo sé, soy ingenuo y honesto. Y como no estoy dispuesto a renunciar a ninguna de las dos cosas, me retiro del juego. Hoy se acaba la fiebre.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Héroe

Estaba nervioso. Mi papá tiene un humor negro muy marcado y no sabía que iba a decir en su discruso de agradecimiento. Nos habían anunciado que le iban a hacer un homenaje el 23 de noviembre, durante la inauguración de las jornadas médicas del hospital donde trabajó hasta el pasado verano y el iba a subir y dar un discruso de agradecimiento, y nosotros nos preparábamos para escuchar un discurso divertido, especial, como suele ser él, y salpicado de algunos chistes de humor díficil de entender, pero el resultado fue realmente sorprendente.
El evento comenzó tarde, como suele suceder. La conferencia previa terminó media hora después de lo planeado. Por fin, llegó el Secretarío de Salud del Estado con su comitiva y tomaron sus puestos en el presidium junto con las demás autoridades municipales. Le dieron la palabra al Secretario de Salud y comenzó diciendo que era una persona de ideas sencillas y que quería compartir con nosotros algunas de estas. Una hora y media después, aún seguíamos oyendo las anécdotas profusamente detalladas del Sr. Secretario. Finalmente, el Doctor que hacía las veces de maestro de ceremonias comenzó con la biografía de mi papá que escribieron mis papás juntos para la ocasión. Mi papá estaba preocupado por como subir al escenario, las escaleras frontales tienen los escalones muy pronunciados, pero afortunadamente había una rampa por detrás, así que mi hermano acompañó a mi papá hasta el presidium mientras narraban su biografía. Poco después se unió mi mamá. Al terminar de leer la biografía, mi papá se levantó y tomo su lugar en el podio mientras todo el teatro le aplaudia de pié.
Su discurso fue simplemente hermoso, natural, sin falsas modestias, sin posiciones radicales y sin humor negro. Creo que el momento fue muy valioso por que fue el momento justo. Después del infarto que le dió en mayo decidió que no trabajaría mas en el hospital y que definitivamente era hora de retirarse. Pero nadie puede simplemente dejar de ir al sitio de trabajo al que le dedicó tanto amor, tanta vocación, donde salvó tantas vidas y de donde obtuvo tantas satisfacciones. Este homenaje fue unánime, estudiantes, enferemeras, doctores compañeros de trabajo, autoridades, todos estaban ahí, sabiendo que se estaba haciendo lo correcto. Lo justo. El Secretarío de Salud, quién no conocía a mi padre, tomo el reconocimiento para darselo y no pudo evitar hablar un poco más, sobre lo importante que era reconocer a alguien que había dado tanto con tanta vocación y amor. Al final más aplausos. Y mi papá sonriente, emocionado. Luego fuimos a comer junto con algunos familiares que llegaron para la ocasión. La comida transcurrió entre más anécdotas y platica sobre las proezas médicas de mi papá. Después, bien comidos, nos fuimos a descansar. A mi papá se le notaba la felicidad. Estaba contento, agradecido, tranquilo. Se había cerrado un capítulo y de gran manera. Y nosotros, contentos por él. Después de sufrir tanto con el infarto, verlo recuperado y tan contento, fue muy tranquilizador.
Al siguiente día, el sábado, hubo una cena con el personal del hospital, asisitieron los más allegados a mi papá. Se contaron historias de hospital, anécdotas divertidas, y en cierto momento cada uno dijo algo sobre el trabajo con mi papá. Me gustó en especial la historia de una enferemera joven, que contó que mi papá no le cobraba las consultas a ella y a su hermana y que estaba muy orgullosa de haber trabajado junto a él una vez que se hizo enfermera.
Fue otro momento, más íntimo, pero muy intenso también.
Ahora papá esta en casa, sigue leyendo, un poco desesperado por que Telmex no termina de poner internet de alta velocidad en el vecindario, y ya estaba acostumbrado a estar actualizándose en sitios web, no se diga del correo electrónico y chatear brevemente por messenger. Se queja por que la tecnología le llegó un poco tarde, pero, debo decir que la usa mucho más que muchas otras personas de su edad que conozco. Que más puedo decir, mi papá es mi héroe, y a los héroes se les honra.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Gracias

El frente frío número 4 ha traído el principio del fin del año. Ya no hay marcha atrás. Ahora todo es una resbaladiza pendiente hasta el inevitable momento en el que me pongo a pensar qué fue de este año. Pero antes de eso queda tiempo mientras me deslizo. Estos días han sido duros, días de reencuentros y de rompimientos brutales. Y cuando la vida se me pone así me dan unas ganas de abrazar a todo mundo buscando reconciliación, pero como no puedo, como no me lo permito,
al menos me queda dar las gracias. Y eso quiero hacer ahora mismo. Quiero dar las gracias por las cosas tan simples que me tienden puente entre los momentos de paz y hace los minutos de asfixia más vivibles. Quiero darle gracias a:
  • Gustavo Cerati, Charly Albertti y Zeta Bosio por reunirse de nuevo. (Chicos, no importa que lo hayan hecho por dinero)
  • Cafe Tacuba por su nuevo disco, ya era hora. (Esta pocamadre)
  • A las mujeres. La vida sería un yermo páramo sin ustedes. (Y las quiero aunque me den un sermón cada que les doy la oportunidad)
  • A mi hermano. (Vientos mi chavo, ahí la llevas)
  • A los compas que estan lejos y que casi nunca hablamos. Es tan bueno saber que cualquier día los vuelvo a ver y les dará un gusto enorme verme y a mi verlos y en minutos estaremos bromeando como si nos hubieramos visto ayer
  • A Bob Dylan también
  • A los de mi ofis (Paso tanto tiempo ahí que son como mi familia)
  • A los Españolitos (los extraño tíos)
  • A mis apás
Y ya, la lista es corta y ecléctica pero pues era para mi bienestar. (Sí, este es un blogo terapeútico, so juat).

domingo, 14 de octubre de 2007

México, mariachis y Doña Sarita

Después de Mérida, me fui a la ciudad de México a continuar el reencuentro con ex compañeros de la maestría en Monterrey, Alejandra y Germania, el pretexto fue conocer al novio de Ale, Stephen, y también a ver Andrea que ya tiene 15 (!). Fuimos a pasear por el centro, osea al Zócalo y al tianguis que rodea el Palacio Nacional. En alguno de los apretujones me sacaron la cámara digital de la mochila, y ahí quedo el marcador, tianguis 1 turista 0. Un día antes fuimos a las luchas. Es una experiencia que no tiene desperdicio. Ver al luchador mil porciento guapo ser pateado en el piso por los rudos, y luego recuperarse milagrosamente hasta ganar la tercera caída, mientras le gritan: ¡Te pareces a Sara Montiel!, no tiene precio. Y para rematar la noche nos fuimos al Tenampa en la Plaza Garibaldi. Si un mariachi puede ser abruamdor, que tal tres, uno de cada lado, y rematando, un trío veracruzano. Si yo estaba impresionado, imagínense al pobre Stehpen.

Mérida, lima y pibil

Fui a Mérida por trabajo pero aproveché a ver a José Luis, a Rolando y Cecy, compañeros de libros y parrandas en Monterrey, pero no nos tomamos ni una foto juntos, vaya comunicólogos. Esta es una autofoto que tome el segundo día desde la habitación de hotel. El jueves que llegué fuimos a cenar a La Tratto, habia dos por uno en pastas por lo que cenamos agusto. Obviamente Rolando distribuyo la cuenta, pero yo no pagué por que me invitaron (gracias amigos!). Al siguiente día tuve la reunión de trabajo en la ex hacienda Xcabentun, donde comimos Sopa de Lima, Poc Chuc, y Cochinita Pibil. Maaare! Muy rico todo.

viernes, 14 de septiembre de 2007

iPhone desbloqueado

Reportando desde Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, un iPhone desbloqueado y funcionando en la red de Telcel. Más información posteriormente.

martes, 21 de agosto de 2007

Las Vegas 2017

Estoy en Las Vegas, en un viaje de trabajo. Hago 8 minutos entre mi habitación y el salón de reuniones más cercano y unos 15 al más lejano. Cada uno consta de trescientas a cuatrocientas mesas con cuatro sillas cada una. El protocolo de trabajo es que a las 8:00 am nos sentamos en una mesa donde hay un representante de una agencia de viaje y tenemos 4 minutos para presentar Chiapas, empezamos siempre por indicar donde queda en el mapa. Al final de los cuatro minutos una campana y una grabación nos indica que debemos movernos a la siguiente cita, por lo que las 300 a 400 personas representando destinos nos movemos a la siguiente mesa para volver a hacer la presentación. A las 4 de la tarde terminan las citas y luego tenemos un par de horas para prepararnos para una cena, hoy hay una especial pequeña para gente interesada en el Mundo Maya. Hace 24 horas que no salgo del hotel. Desde mi habitación observo las danzas de la fuente del Bellagio al mismo tiempo que unos trabajadores mueven enormes trozos de metal bajo un sol que levanta la temperatura a 42 grados centígrados. Dentro, cuando vamos de un salón a otro, pasamos frente a un stand que promoueve lo último en turismo, los viajes espaciales. Y yo solo puedo pensar que al final, el futuro me esta alcanzando, viviendo en una atmóstfera artificial que me protege del clima abrasivo pensando que talves mis vacaciones podrían ser orbitando la tierra.

miércoles, 27 de junio de 2007

Por meses

Por meses me he estado sentando frente a la computadora, con el espacio en blanco para tratar de sacar algo en claro de lo que siento y ponerlo en este largamente abandonado blog. Talvez sea el calor el que no permite la comunicación entre corazón, mente y mano, el caso es que como cada tanto, hoy se remueve algo en mi interior. Nostalgia quizá, de tiempos pasados, de tiempos llenos de vida. Hoy me consigo algo de nueva música. Un disco de Teresa Salgueiro, nuevo para mi al menos (es del 2005) y me siento a escribir. Afortunadamente lo que me gusta ser y hacer no lo olvido, sólo lo dejo de lado a ratos. Y agradezco profundamente a quienes aún se asoman a este sitio con esperanza de leer algo nuevo. Son días aciagos, y es bueno sentir que no se esta sólo.
Vale.

sábado, 3 de febrero de 2007

Nuevo Reino

Lo viejo se vuelve nuevo, la serpiente se muerde la cola. El repatriado nieto de exiliados, medio de aquel lado y negado pero más de éste vuelve a rascar entre la tierra sureña a ver que hormigas encuentra. No ha habido tiempo, la conquista de mi tiempo libre ha sido un éxito total y no me queda nada si no es para dormir. El tiempo para inaugurar esta nueva bitácora se la estoy robando en partes iguales a mi sueño y a mi trabajo. (mi trabajo se lo robó a mi sueño primero, y dicen que ladrón que roba a ladron...)